¿Por que Cristo le dio énfasis en estos tiempos a una doctrina, La Divina Misericordia, que ha sido
parte del patrimonio de la Fe desde el principio, así como pedir una nueva expresión devocional y litúrgica de ella? En las revelaciones de Sor Faustina Jesús responde esta pregunta, conectándola
a otra doctrina, a la que también se le da poca importancia, esta es la de la Segunda Venida. En los Evangelios el Señor nos muestra como su primera venida fue en humildad, como un Servidor, para
liberar al mundo del pecado. Sin embargo, Él promete regresar en gloria a juzgar al mundo en el amor, como claramente lo dice en su discurso del Reino en los capítulos 13 y 25 de Mateo. Entre
estas dos venidas tenemos el final de los tiempos o la era de la Iglesia, en la que la Iglesia ministra le reconciliación hasta el gran y terrible Día del Señor, el día de la Justicia Divina.
Todo católico debe estar familiarizado con las enseñanzas de la Iglesia con respecto a este tema, contenido en los párrafos 668 y 679 del Catecismo de la Iglesia Católica. Solo en el contexto de
una revelación pública como es enseñado por el Magisterio podemos situar las palabras de la revelación privada dada a Sor Faustina.
"Prepararás al mundo para Mí última venida." (Diario 429)
"Habla al mundo de mi Misericordia….Es señal de los últimos tiempos después de ella vendrá el día de
la justicia. Todavía queda tiempo que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia." (Diario 848)
"Habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi
justicia." (Diario 965)
"Estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de
Mi visita." (Diario 1160)
Antes del Día de la justicia envío el día de la misericordia".
(Diario 1588)
"Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi
justicia". (Diario 1146)
Además de estas palabras de Nuestro Señor la hermana Faustina nos da las palabras de la Madre de
Misericordia, la Santísima Virgen María.
"Tu debes hablar al mundo de su gran misericordia y preparar al mundo para su segunda venida. Él
vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh que terrible es ese día. Establecido está ya es el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan
ante este día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea aún el tiempo para conceder la misericordia." (Diario 635)
Está claro, que, como en el mensaje de Fátima, la urgencia aquí es la urgencia del Evangelio,
"arrepiéntanse y crean". El tiempo exacto es del Señor. Sin embargo, es también claro que hemos alcanzado una etapa crítica de los últimos tiempos que comenzaron con el nacimiento de la Iglesia.
Por esto el Papa Juan Pablo II se refirió a "una función especial" asignada a él por Dios "en la presente situación del hombre, la Iglesia y del mundo" en la consagración de 1981 del Santuario
del Amor Misericordioso en Collevalenza, Italia. En su encíclica sobre el Padre, él nos urge a "implorar la Misericordia de Dios para la humanidad en estos tiempos de la historia…para suplicar
por ella en estos tiempos difíciles y críticos de la historia de la Iglesia y del mundo mientras nos acercamos al final del segundo milenio." (Eníclica Rico en Misericordia
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