El Beato padre Miguel Sopocko
(1888-1975) |
“Es un sacerdote según Mi Corazón (...).
Por medio de él Me ha complacido difundir el culto a Mi misericordia” (Diario, 1256).
”Su mente está unida estrechamente a Mi pensamiento;
así que, quédate tranquila por Mi obra, no le permitiré equivocarse y tú no hagas nada sin su permiso” (Diario, 1408). |
“Viendo la dedicación y el empeño del padre dr. Sopocko en este asunto, admiraba en él su paciencia y su humildad; todo esto costó no sólo mucho empeño y varios disgustos, sino también mucho dinero, y todo lo subvencionó el padre dr. Sopocko.
Veo que la Providencia Divina lo había preparado a cumplir esta obra de la misericordia antes de que yo lo pidiera a Dios. Oh, que misteriosos son Tus caminos, Dios, y felices las almas que siguen la voz de la gracia de Dios” (Diario, 422).
“Oh Jesús mío, Tú ves cuánta gratitud tengo para el padre Sopocko que ha hecho avanzar tanto Tu obra. Esta alma tan humilde supo resistir todas las tormentas y no se desanimó por las contrariedades, sino que fue fiel respondiendo a la llamada de Dios” (Diario, 1586).“Mientras hablaba con el director de mi alma, vi interiormente su alma en gran sufrimiento, en dolor tan enorme, que son pocas las almas a las que Dios prueba con este fuego. Este sufrimiento se debe a esta obra. Llegará un momento en que esta obra que Dios recomienda tanto, parecerá ser completamente destruida, y de repente Dios intervendrá con gran fuerza que dará el testimonio de la veracidad. Esta obra será un nuevo esplendor para la Iglesia, a pesar de que se encuentre en Ella desde hace mucho tiempo.
Nadie puede negar que Dios sea infinitamente misericordioso; El desea que todos lo sepan; antes de que vuelva como Juez, desea que las almas lo conozcan como Rey de Misericordia. Cuando llegue el momento del triunfo, nosotros ya tendremos la nueva vida, en la que no hay sufrimientos, pero antes tu alma será saturada de amargura al ver la destrucción de tus esfuerzos. Sin embargo, esta destrucción es sólo aparente, ya que Dios no cambia lo que ha decidido una vez. Pero aunque la destrucción será aparente, el sufrimiento será real. ¿Cuándo sucederá esto? No sé; ¿cuánto tiempo durará? No sé” (Diario, 378).“Jesús, después de todo esta obra es Tuya, pues ¿por qué Te portas con él de modo que parece como si se la dificultases, mientras exiges que la Ileve adelante? Escribe que día y noche Mi mirada descansa sobre él y permito estas contrariedades para multiplicar sus méritos. Yo no recompenso por el resultado positivo sino por la paciencia y el esfuerzo emprendido para Mí” (Diario, 86).
“... recibí una carta del padre Sopocko. Me enteré que la realización de la causa Divina progresa aunque lentamente. (...) He conocido que en el momento actual, en esta obra Dios exige de mí oración y sacrificio. (...) He conocido de la carta cuánta luz Dios concede a este sacerdote; eso me afirma en la convicción de que Dios llevará a cabo esta obra a través de él a pesar de las contrariedades que se multiplican. Sé bien que cuanto más bella y más grande es la obra, tanto más tremendas son las tempestades que se desencadenan contra ella” (Diario, 1401).“En sus inescrutables juicios Dios permite a veces que los que han emprendido los mayores esfuerzos por alguna obra, generalmente no gozan de los frutos de esta obra aquí en la tierra, Dios conserva todo su goce para la eternidad; pero, a pesar de todo, a veces Dios da a conocer cuánto le alegran los esfuerzos de estas almas y aquellos momentos fortalecen las almas para los nuevos combates y pruebas. Ésas son las almas que más se parecen al Salvador que en su obra fundada en la tierra probó solamente amargura” (Diario, 1402).“Jesús me ha dado a conocer cumo todo depende de Su voluntad, dándome una profunda serenidad respecto a toda esta obra. Escucha, hija Mía, aunque todas las obras que surgen por Mi voluntad están expuestas a grandes sufrimientos, sin embargo considera si alguna de ellas estuvo expuesta a mayores dificultades que la obra directamente Mía-la obra de la Redención. No debes preocuparte demasiado por las contrariedades. El mundo no es tan fuerte como parece, su fuerza es estrictamente limitada” (Diario, 1643).
El padre Miguel Sopocko escribe en su DIARIO: “Hay verdades que se conoce y de las que se oye y habla mucho, pero no se las comprende. Así fue conmigo en cuanto a la verdad de la Misericordia Divina. Tantas veces he mencionado esa verdad en homilías, he pensado en ella durante los retiros, la he repetido en las oraciones eclesiásticas, particularmente en los salmos, pero no entendía el significado de esa verdad, no me he adentrado en su contenido, que es el mayor atributo de la externa actividad de Dios.
Hacía falta una simple monja, Sor Faustina, de la Congregación de la Madre de Dios de Misericordia (las Magdalenas), que, llevada por la intuición, me habló de ella brevemente, y lo repitió muchas veces, impulsándome a examinar, estudiar y pensar en esa verdad a menudo. (...) al principio no sabía muy bien de que se trataba, escuchaba, desconfiaba, meditaba, examinaba, pedía consejo a otros, sólo al cabo de unos años entendí la trascendencia de esa obra, la grandeza de la idea, y yo mismo me convencí de la eficacia de ese gran, vivificador culto, que en realidad antiguo, pero descuidado, exige en nuestros tiempos una renovación. (...) El confiar en la Misericordia Divina, difundir el culto de esa misericordia entre otros, sacrificarle sin límite todos mis pensamientos, palabras y actos sin la menor sombra de buscar a mí mismo, será la regla general del resto de mi vida, con la ayuda de esta infinita misericordia.
“A los pies del Señor Jesús vi a mi confesor y detrás de él a un gran número de eclesiásticos de alto rango, con ropa que nunca había visto, salvo la visión.
Y detrás de ellos varias clases de eclesiásticos; más allá vi una multitudes de gente que no pude abarcar con la vista. Vi saliendo de la Hostia estos dos rayos que están en la imagen, que se unieron estrechamente, pero no se confundieron y pasaron
a las manos de mi confesor, y después a las manos de los eclesiásticos y de sus manos pasaron a las manos de la gente, y volvieron a la Hostia” (Diario, 344).
Señor Misericordioso, Tú hiciste el Beato Miguel Sopocko un apóstol de Tu infinita Misericordia y un venerador ferviente de María, Madre de Misericordia. Haga que,para glorificar Tú Misericordia y despertar la confianza en Tú bondad paternal, por su intercesión reciba la gracia de ....... Te ruego Señor, por Cristo Nuestro Señor. Amén.Padre Nuestro ...
Ave María ...
Gloria al Padre ...